Todos los diseñadores de tipos somos cazadores de referencias. Estamos rodeados de letras, y la portada de una novelucha, un punzón de Granjon o una señal de tráfico vieja nos activan un molaría… que a veces se olvida y otras se convierte en una tipografía que puede parecerse o no al original que vimos hace dias o años.

Y a todos nos encantan los rótulos, tenemos el teléfono llenito de fotos de viejas tiendas que buscamos allá donde vamos. Seguimos a docenas de cuentas de Instagram que inventarian hasta el último rótulo de la ciudad más perdida. A veces, hasta se organizan para que no desaparezcan en un vertedero para dejar paso a una mierda de franquicia sin alma.

Yo soy de Madrid, una ciudad que, como todas, está siendo devorada en tiempo record por la especulación con el aplauso de su alcalde, que tiene muy claro para quién trabaja (y no es para los madrileños). Los vecinos empezamos a sobrar en una ciudad pensada para ganar dinero rápido alquilándose por días, y los viejos comercios cierran para convertirse en pisos turísticos ilegales que florecen como los bares canallitas, las tiendas de vapear, las de CBD y las de gofres con forma de polla.

Y, aún así, mi Madrid resiste. Los habitantes de la Villa conseguimos de alguna manera escondernos de las tropelías de la Corte y vivir una realidad paralela de comercios de barrio y viejas tabernas donde nos agazapamos mientras no lleguen la jubilación o un casero codicioso.

De esta mezcla de amor y odio por mi ciudad nacen las Manufacturas Tipográficas Madrileñas (o MTM para abreviar).

Un proyecto inacabable en el que pasar a limpio todos los molaría que he guardado durante años, incluidos algunos de Ales Santos, compañero de francachelas y tremendo artista.

Una nueva fundición que juega con letras salidas de las calles de Madrid, en el que contamos algo sobre su historia, el lugar donde se encuentran los originales y donde hemos jugado con la tecnología variable para hacerlas más útiles, o más inútiles según se mire.

Diseñamos tipos de letra que el madrileño avezado reconocerá y el foráneo apreciará.

En el año 2025 decidí fusionar todo mi trabajo disperso bajo MTM en este sitio web, de modo que las tipografía madrileñas son ahora el proyecto Madriles. Los Madriles es una forma tradicional de referirse a Madrid en plural, puesto que existen numerosos Madriles dentro de Madrid.

Nosotros, quienes habitamos en esta ciudad maltratada, que preferimos el paseo al algoritmo y el tomate al aguacate, continuaremos cuidando a nuestra manera las antiguas letras de esta insufrible ciudad. ¡Muera el brunch, viva la Mahou Clásica!