La rotulación de las calles de Madrid ha pasado por muchas fases desde las placas cuadradas cerámicas de la Visita General de 1760 hasta las anodinas placas azules de plástico actuales.

En los años 30 del siglo pasado el Ayuntamiento decidió cambiar las placas esmaltadas azules de las calles del centro por otras cerámicas. Se encargaron a los alumnos de la Escuela de Cerámica y tenían ilustraciones sobre la historia de cada calle. Hubo varias remesas de placas y pueden distinguirse por el número de azulejos que formaban la imagen.

En los años 90 se decidió encargar todas las placas al taller de Alfredo Ruiz de Luna en Talavera, que rotuló unas 1500 placas de nueve azulejos con una letra barroca que, a base de ligaduras, funciona igual de bien para poner Sol que Desengaño.

Una letra tan especial ha servido de inspiración para muchos encargos de rotulación e incluso de tipografías, como Cibelina (Álvaro Yuste, 2014), Ferpal Sans (Silvia Ferpal, 2017) y Chulapa (Pablo Gámez y Joancarles Casasín, 2019), esta última encargada por el Ayuntamiento.

Desde Manufacturas Tipográficas Madrileñas hemos intentado recrear la letra original de Ruiz de Luna y, sobre todo, dar a nuestros esforzados usuarios la posibilidad de encajar sus mensajes en cualquier composición. Para esto tenemos tres ejes: Uno de Anchura normal y corriente, otro de Apretura que sustituye el espaciado lógico por otro en que las letras se encajan mejor en espacios pequeños, y un tercer eje de Ligaduras que va activando ligaduras cada vez más extrañas (por supuesto también podemos activar las ligaduras discreccionales de la manera habitual).

Como los azulejos de Ruiz de Luna no se encuentran en la calle Ruiz, ni en la calle Luna, hemos llamado a la tipo Pontejos 2, por ser el viudo de Pontejos el alcalde que puso algo de orden en las calles de Madrid y por ser la meca del fleco, la cremallera y la pasamanería fina.